martes, 19 de julio de 2011

San Miguel de Allende, Guanajuato. México.

Lindo paisaje
enmarca la ventana
un cielo azul.

Impresionante!,
rojizo atardecer
prendió las nubes.

Una sonrisa
pintó Dios en el cielo
con aves del sur.

Iluminando
nuestra noche de copas...
y yo sin tomar.

Solo instantes...
fantasmagórica es
pero me gusta.

De fino roble,
mezclado con herrajes,
construyo sueños.

De noche... la luz,
pero de día, nada;
ni una foto.

Vivo y muero
cada día que pasa,
todos por igual.

Sigo tus pasos,
¿o tú sigues los míos?,
ja, ja... no lo sé!

Quisiera volar
como ave de campo,
pero contigo.

Panorámicos,
así son los momentos
de mi existir.

El sol, el árbol...
y detrás de la reja
solo tú y yo.

Cúpula oro,
entre santos y flores
roba atención.

En las calles de
San Miguel de Allende
se respira paz.

Aquí vivieron
presumiendo de alcurnia
las cuatro divas.

Madera ruda,
tallada con devoción,
dejaron huella.

Una mirada
y suspiro profundo;
eso inspira.

Arquitectura
adornando la ciudad...
eso es arte!

Miré al cielo;
las garzas en el árbol
viven libertad.